Otro año más hemos aprovechado la generosidad de Víctor,
nuestro cocinero argentino, y de Carles y familia que nos acogen en su casa por
tercer año, para realizar un encuentro en familia, esta vez sin bicis, donde
compartir todas las anécdotas que un grupo como este va acumulando a lo largo
del año.
Como cada año desde 2013. Norris, el presidente eterno,
entrega el trofeo al Ciclópata del año, que siempre es fuente de polémica. La
mayoría no sabemos aún cuantos jamones cuestan el trofeo pero la decisión este
año recayó en Manolo y Carles. El resto, pese a los grandes esfuerzos por
conseguir tan preciado trofeo, nos fuimos para casa con la cola entre las
piernas.
Felicidades a los agraciados (aunque la mayoría me critiquen
por decirlo) , pero para un grupo de globeros como nosotros, el hecho de
enfrentarse a una Pedals de Foc Non Stop, ya merece un respeto mucho más allá
de las pequeñas aventuras que solemos hacer.
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