diumenge, 26 de juliol del 2015

Col du Tourmalet

--------------------------------------------------------------------------------
Norris se entusiasmó en hacer una salida con la flaca a Francia para hacer una ruta que comprendiera la subida al mítico puerto del Col du Tourmalet, uno de los pocos que continúan subiendo en el Tour de Francia desde 1910. Manolo le tomó la palabra y organizó la logística.

Conocíamos poco de la subida, solo de la lectura de algunas crónicas y la visualización del perfil pormenorizado. Somos bastante novatos en esto de la bici de carretera y aún no tenemos las medidas tomadas, así que para nosotros casi todo lo nuevo es una aventura.
Lloviendo empezamos la ruta

Partimos el viernes Manolo, Adolfo, Norris y Racing en un viaje algo pesado cruzando la frontera por el túnel de Bielsa, en plenos Pirineos aragoneses dirección Bagnères-de-Bigorre donde teníamos el hotel.

El sábado amanece lluvioso pero decidimos salir igualmente, no es lluvia abundante, es una llovizna algo molesta pero no preocupante. Con las piernas frescas y la ilusión del pequeño reto hacemos los primeros kilómetros de aproximación por la población de Campan con cierta soltura, a pesar del falso llano constante hasta Sainte-Marie de Campan donde paramos en una fuente de obligada parada.

A la salida de esta población empieza la subida del puerto del Col du Tourmalet. Son 16 kilómetros donde grandes mitos del pasado del ciclismo han utilizado para marcar diferencias en la clasificación general del Tour de France. Los actuales pasaron por aquí la semana pasada y las pintadas en la carretera dan cuenta de ello.

Empezamos la subida agrupados pero poco a poco nos vamos distanciando, cada uno a su ritmo. La subida es al principio llevadera, con un desnivel del 7%, poco a poco se va incrementando con unos constantes del 8-9% y en los últimos kilómetros del 9-10%. Una vez las piernas se adaptan el puerto no parece tan fiero como pensábamos, claro que nosotros no subimos a ritmo de Tour, lo hacemos como podemos.

Como en la mayoría de los puertos franceses de los Pirineos, una señalización para ciclistas en cada kilómetro
La lluvia hace acto de presencia durante la subida, hace algo de frío pero el esfuerzo de subir lo compensa y vamos cómodos. Manolo por delante, Racing por detrás y Adolfo y Norris completan la grupeta dispersa de la subida. Pasamos por La Mongie, a 5 kilómetros de la cima. No podemos admirar ningún paisaje pues la niebla se apodera del entorno y a penas vemos 20 metros a nuestro alrededor. Los nombres de ciclistas empiezan a tapizar el asfalto hasta llegar a la cima, a 2.115 metros de altitud donde en un margen de 10 minutos llegamos los 4.

Aquí tengo que poner énfasis en que para nosotros ha sido una subida bonita, para unos algo más dura que para otros, pero sin ser excesiva. Pero para Adolfo es una machada, pues ha cogido una bici de carretera 3 veces en su vida y esta vez también va con una bici alquilada y subir hast aquí, sin ningún tipo de entrenamiento y sin experiencia, no lo hace cualquiera, una gran lección para muchos, si pudieran conocer lo que le ha costado a él.

Hacemos las fotos pertinentes, clásicas y típicas y como hace frío, ahora sí que lo notamos, entramos en el bar de la cima para tomarnos un café au lait, muy francés pues vale 3,50 euros, aunque el camarero es de Lleida.

Al salir y coger la bici para bajar por la otra vertiente, ya vemos que lo difícil no es la subida, será la bajada. Con la lluvia a los frenos les cuesta coger el punto, la carretera húmeda promete aventura y como vamos mojados como pollos y la temperatura es de 7 grados, la bajada empieza a tener tintes épicos. Avanzamos como podemos, paramos unas cuantas veces, tiritamos y sobre todo sufrimos dolor en las manos.


Llegados al primer asentamiento civilizado, es decir a la población de Barèges, entramos en un bar para intentar atemperarnos un poco, con más café au lait, té o chocolate, flexiones, saltitos repetidos, palmadas y demás ejercicios en 40 minutos entramos en calor y reemprendemos la marcha, parece que el día empieza a abrirse y la altitud ya no es la misma, así que pronto olvidamos el frío y disfrutamos del resto de la bajada para seguir llaneando con algún repecho y buscar infructuosamente una carretera que debíamos tomar. Llegados a las puertas de Lourdes en vez de ir a rezar a la virgen por un milagro, como aún tenemos piernas tomamos el último tramo de carretera hacia el punto de inicio.
Octave Lapize fue el primero en subir al Tourmalet y lo hizo con esta bici en 1908, impresionante si tenemos en cuenta que entonces la subida no estaba asfaltada y el desarrollo que tiene.

Son solo 20 kilómetros pero un puertecillo traicionero de por medio acaba con las fuerzas de alguno y en los últimos 8 Km ni Adolfo ni Norris son capaces en llano de pasar de los 20 Km/h con la diferencia que el primero no dice ni mu y el otro no deja de llorar, que si no puedo, que si me paro, que no tengo fuerzas. Por suerte ya conocemos el percal y le obligamos a no volver a hacer el ridículo, aunque entra en Bagnères-de-Bigorre llaneando con plato pequeño (sic).

La lluvia estropeó la media prevista, pero no arruinó para nada la experiencia en una zona que se ha convertido en un paraíso para los ciclistas. Donde en pocos kilómetros uno tiene una veintena de puertos preciosos y exigentes para explorar, cada uno con su historia ciclista, con sus etapas que marcaron época o coronaron a un líder emblemático en una edición del Tour.

En esta ocasión no teníamos tiempo para más y solo 100 Km con 1.900 metros de ascensión acumulada nos han servido para saber que aquí tenemos que volver, sea para subir el Tourmalet por la otra vertiente, presumiblemente más difícil, o enlazar otros puertos.De hecho, el GPS del coche nos obsequió con otro puerto precioso, el Col Hourquette d'Ancizan con un paisage muy bonito, además de asequible. Justo al lado, otro mítico, el Col d’Aspin.

Para quien lea esto y tenga dudas, que se las quite de la cabeza, vale la pena ir y pedalear por este santuario, está al alcance de la gran mayoría y la belleza de la zona más que notable, además se respira ciclismo por todos los lados y se puede practicar el Francés :).

En este enlace están las fotos que hice.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada