En noviembre del pasado año realizamos la ruta imperfecta,
un recorrido que se truncó por diversos motivos intentando hacer nuestra ruta
perfecta. En esta ocasión y tomando como base aquel recorrido lo hemos
realizado en sentido contrario aunque improvisando en algunos puntos.
Partimos desde Premià de Mar Norris, Quique, Víctor, Adolfo
y Racing mientras que Batxi se presenta per es baja a última hora por causas
mayores. Hacemos el trayecto habitual para remontar a la Serralada del Litoral
por el interior de la Mutua y dirigirnos hacia Sant Bartomeu donde cruzamos la
carretera de Òrrius y tomamos los senderos que van hacia La Roca, aunque solo
realizamos el primer tramo para luego investigar un nuevo sendero que nos lleva
a una pista donde poco a poco vamos a buscar la que viene de la cantera.
La atravesamos y empezamos el festival de senderos de hoy
que nos acercan a la Collada de Parpers primero y en las cercanías de la
urbanización Sant Carles, después. Allí descendemos por el sendero quizás más
emblemático de la Prehistórica y recorremos la espectacular senda que viene a
continuación pasando por estos bosques mágicos en otoño.
El plato fuerte viene luego de cruzar la carretera de
Parpers con unos senderos muy exigentes, que hacemos siempre de bajada, y que
hoy tocaba remontar apretando los dientes. Llegamos a la pista del Meridià Verd
y seguimos el festival de senderos hasta la carretera de Òrrius a un kilómetro
escaso de La Roca, cerca del elefante esculpido para retomar las sendas, ahora
un poco más plácidas aunque de vez en cuando con buenas cuestas que remontar
para bajar hasta la Pedra de l’Oreneta.
Pasamos de largo de l’Oreneta remontando un tramos de la
trialera que hay detrás para girar pronto a la derecha y enlazar otras dosis de
buenos senderos que nos llevan hasta una urbanización para empezar con la
última parte del recorrido.
Un poco después en un paso estrecho, mi poca habilidad con
el manillar me abandona saliendo por orejas para dar con mis costillas sobre
una piedra. Por suerte parece que solo es el golpe y que no hay nada roto, pero
duele bastante, así que una vez recuperado el pulso, el susto y la respiración
reiniciamos la marcha aunque a un ritmo más lento pues no estoy para tirar
cohetes.
La última zona sigue siendo preciosa con buenas subidas
técnicas con las que lidiar hasta encontrar la parte final de la trialera de
los tablones que nos lleva hasta Can Sardà para ya sobre pista forestal
realizar el último trecho.
Aunque con tanto sendero exigente la media horaria era lo de
menos hemos acabado con unos buenos 49 Km en 4h de pedaleo con casi 1.300
metros de desnivel positivo aprovechando hasta el último rincón de los senderos
que conocíamos o nos atrevíamos a descubrir.
Eso sí, hoy ha sido necesario patear más de lo habitual pues
habían algunos tramos muy duros que cuando se suceden no hay más remedio que
poner el pie a tierra bien por la fuerte inclinación, bien por la cantidad de
piedras y raíces que se acumulan al desnivel.
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