Hace algo más de 5 años yo me iniciaba en esto de las dos
ruedas y unos meses después, el 6 de febrero de 2011, me junté por primera vez
con el grupo de los Ciclópatas. Para mí, la primera salida fue de órdago. Mis
piernas aún no estaban acostumbradas a mucho desnivel y menos por las repetidas
rampas por donde discurrió la ruta, unos subidones que aún recuerdan mis
piernas con dolor.
Esa ruta tomo rumbo hasta Can Girona, en las inmediaciones
de Santa María de Martorelles para acercarnos a la Font de la Mercà y remontar
una pista imposible para mis aburguesadas
piernas. Hoy me hacía ilusión hacer este corto tramo y alrededor de esa idea
hemos montado la salida de hoy sin descubrir nada nuevo pero disfrutando de
muchos senderos por donde hacía ya tiempo que no pasábamos.
Por suerte hoy nos reunimos unos cuantos, Norris, Adolfo,
Quique, Víctor y Racing hacemos la primera subida por la Padred Seca, que
tenemos abandonada últimamente y en Can Boquet subimos por el Vietnam para
luego en vez de subir el último tramo hacia Sant Mateu bajar hasta la V.
Enlazamos varios senderos hasta cruzar la carretera de Font de Cera y remontar
la urbanización Alella Park. Seguimos subiendo y tomamos la pista dirección
Badalona hasta divisar la primera bajada del día.
Descansamos unos minutos y recorremos el trayecto conocido
hasta Can Girona con sus tramos rotos y buenos senderos que aunque no frecuentemos conocemos palmo a
palmo. Desde Can Girona volvemos a subir y paramos un par de minutos en la Font
de la Mercè para luego iniciar las buenas subidas que vienen a continuación. Norris
sube por delante, alardeando de forma física, mientras que el resto nos
limitamos a subir como podemos. La verdad es que me ha parecido una subida con
sus buenos repechones pero nada que ver con la primera vez que me pareció subir
al Everest por la vía directa.
Antes de que termine de subir la pista encontramos a mano
izquierda un sendero conocido, que hemos realizado con diferentes variantes y
que no hace tanto nos perdimos teniendo que abrirnos paso por entre el bosque casi
con machete. Ahora el recorrido es conocido y se disfruta tanto en los primeros
tramos de subida como la bajada final. En vez de bajar por la pista donde
aparecemos subimos un poco más para buscar el sendero que nos lleva hasta la
casita del Tío Tom y luego descendemos hasta Vallrromanes.
Con los deberes hechos subimos por el camino típico hacia la
Cornisa para luego bajar por la trialera de la moto colgada aunque con una
variante nueva que nos lleva a la riera de Teià donde seguimos el ritual
Ciclópata: cerveza y bravas.
Han salido 47 kilómetros con 1.300 metros de desnivel
positivo acumulado a ritmo chino-chano pues venían Adolfo y Quique y con ellos
no podemos marcar un ritmo muy alto para no dejarlos descolgados, es lo que
tiene la vida de soltería, que castiga mucho y luego encima de la bici no
rinden.
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